jueves, 20 de marzo de 2008

“Juego de poder”. Un relato que surge de la agonía del imperio

“La Nación” la ha calificado como muy buena, “Clarín” coincide. No sé de otros comentarios o criticas sobre el film. Tal vez habría que poner la expresión “muy buena” entre comillas y relativizarla.

Hace unos minutos volví del cine. Jamás disfrute tanto del aire fresco de la calle y de las gotas que mojaban mi cuerpo.

¿Qué puedo decir sobre la película? Poco, muy poco. Pero, voy a remitir a otra película, a una película que trabaja magníficamente el dialogismo, la intertextualidad: “Los Simpsons”. En ella hay un momento en que se pasa una publicidad por televisión: Tom Hanks dice que como los EE.UU han perdido credibilidad han pedido prestada su cara para volver a ganarla.

¿Qué tiene que ver lo que dice el dibujo de Tom Hanks, al estilo Groening, con la trama de “Charlie Wilson´s war”? Pues bien, la cámara muestra a Tom Hanks (encarnando a Charlie Wilson) como el salvador de Afganistán (salva al pueblo Afganistán de “las bestias comunistas” -de “los rojos”-). “Tom Wilson” recorre las tierras “oscurecidas” por “el mal” y un seguimiento de cámara la revela ante nosotros. Luego revela las mutilaciones; la tierra árida, seca como sus habitantes; muestra a “los rojos”/” las bestias”/”la encarnación del mal” diciendo “nosotros somos los únicos autorizados a la matanza”.

El contexto en el que trascurre la acción es la guerra fría. Sin embargo, hay que pensar en la resignificación de la película hoy, es decir, hay que pensar en los significados, categorías, las figuras que pueblan el imaginario social y, además, en los distintos significados que adquiere en las distintas culturas que recepcionan el film.

¿Luego de conocer, de haber visto las imágenes de las torturas ejercidas por soldados estadounidenses a iraquíes podemos creer que los únicos autorizados a la matanza eran “los rojos” (o, actualizando a hoy, “los únicos autorizados a la matanza son ‘los otros/malos/inhumanos’), podemos creer en “la santidad” estadounidense?

La trama se contextualiza en la guerra fría, pero hoy hay una invasión y un fracaso. Hoy existen una serie de discursos que durante la guerra fría no, por ejemplo, el reconocimiento de la CIA de los usos, por parte de sus agentes, de distintos métodos de torturas. No es posible pensar en la santidad estadounidense, no es posible pensar en ellos como los salvadores. Solo es posible pensar en una cosa: todo imperio tiene fin. Estas historias forman parte de él. Este film busca mover significados ligados a la compasión, al error, al equivoco: errar es humano, parece recordar la frase con la que cierra el film.

¿Por qué se acuerdan tan tarde de la humanidad? ¿Cómo pretenden ser humanizados liego de haberse transformado, para el resto del mundo, en “los semi-dioses americanos” (Dios es el mercado)?

Todo tiene fin. Esta historia forma parte de él. No me alarmo. Estoy feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si se pierde la credibilidad, se debe abandonar el juego. Para poder seguir jugando (y ganando), hace falta recuperar aunque sea un mínimo de esa credibilidad que antes les permitió ser unos "Semi-dioses" a los que no se les cuestionaran sus actos. Y me parece que jugaron mal sus cartas.. por suerte.