lunes, 28 de enero de 2008

La repetición

Hace un tiempo ví “La Répétition”, un film de origen francés. La traducción al castellano, del titulo de la película, fue “El ensayo”. No voy a escribir sobre el film ni de lo que trata, sino que me interesa tomar lo que sugieren las palabras “repetición” y “ensayo”.

Una persona, con algún ayudante o sola, mezclando líquidos, brebajes, calculando apresuradamente con vehemencia o calculando lentamente, de manera calma y reflexiva; está ensayando una poción, un antídoto o un veneno, quién sabe. Estamos en presencia de un ensayo científico y un escenario: el tubo, el tubo de ensayo. Una y otra vez el científico vuelve sobre el preparado, vuelve a mezclar los las sustancias “a” y “b”, las sustancias actrices, en el escenario, en el tubo. Ahí actúan, ahí sucede algo y… El científico vuelve a mezclar, vuelve a comenzar: ensayo y repetición están ligados, hay una ligazón, pero son distintas ¿Qué es “ensayo”? ¿Qué es “repetición”?

En teatro, el ensayo esta ligado a la fuerza creadora de sus agentes: actores, actrices, escenográfos, músicos, directores. La creación es un agenciamiento, la creación es multiplicidad; en esa creación que sucede durante los ensayos, el ensayo como método (en sentido etimológico de “camino”), la repetición esta presente: se repiten una serie de líneas y acciones, pero siempre en ruptura: el actor repite buscando nuevas intensidades. Tal vez, podríamos decir que el actor repite el proceso de encarnación de un personaje, pero, para “poner de pie” al personaje, el actor recorre su cuerpo con intensidades nuevas que alimentan con más vida al personaje que, de lo contrario, desfallecería con cada actuación.

“Repetición” y “ensayo” no son lo mismo, pero en el segundo hay algo del primero, no a la inversa. El ensayo trae a escena la diferencia haciendo estallar la repetición, librándola de los moldes y rutinas.

En la escritura, Nietzsche y Flusser hablan del estilo vivo que puede reflejarse en el ensayo; el ensayo, la forma ensayística, pone a circular intensidades positivas entre las palabras, anima las palabras, las pone a jugar, a acariciarse entre ellas y hacer nacer nuevas expresiones y sentidos.

El ensayo recobra la intensidad de lo vivo, resquebraja los moldes, es como la fuerza del agua que resquebraja las paredes de una represa que las retienen.

Nos es urgente introducir el ensayo en la vida cotidiana, comenzar a pensar en “ensayar la vida” y no repetir la vida cotidiana, no eternizar lugares, no eternizar roles, porque la vida escapa al molde que pretende ajustarla, moldearla, codificarla. La vida es tan intensa que de un cadáver nace una flor, de los suelos aturdidos por bombas atómicas brotan hierbas… La vida es algo que va más allá de quienes la viven, la vida es superior, es pura intensidad. Entonces ¿Por qué acorralarla en moldes? ¿Por qué imponerle la fuerza de lo “muerto”? ¿Por qué encerrarla en la rutina de lo eterno? Introducir el ensayo en la vida cotidiana puede llevarnos a recobrar las intensidades de lo vivo.

Codificar, eternizar y repetir hoy están ligadas: una intensidad se codifica, por ejemplo, las intensidades que circulan por una mano son codificadas para la escritura, para la ejecución de instrumento, para limpiar, cocinar, etc. Pero, se puede codificar la intensidad de una mano izquierda e inutilizarla como, por ejemplo, en el caso de personas a quienes se les obliga a escribir con la mano derecha: las intensidades se codifican según un orden ¿Eterno?...

La intensidad se codifica y el cuerpo se organiza, el cuerpo se va llenando de órganos con funciones, cada órgano con su función. Así, por ejemplo, la investidura al vientre femenino de “su” función “incubadora”, entonces para devenir mujer hay que realizar el mandato social de “ser madre”… ¿Cómo investir este vientre de otras funciones? Hay que ensayar.

El pene como órgano supremo de placer masculino ¿Es qué no puede haber otro órgano?... Recuerdo una película en que la lengua de un paralítico devenía su órgano sexual por excelencia… Ella tuvo el “mejor” orgasmo cósmico.

Y ¿Qué pasa con el cuerpo social? También allí los órganos, organismos, están codificados con funciones dadas por el sistema mundial. Tal vez, podríamos pensar en las escuelas que se invisten con las funciones de comedor; con el estado que se inviste con funciones represivas, etc.

Ensayar la vida cotidiana, ensayar otros cuerpos… “Ensayar” es una de las practicas que puede devenir practica de guerra contra los moldes, contra la eternización, contra la tristeza mundial engendrada por el sistema mundial actual. Ensayar es volver intensa la vida.

No hay comentarios: